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La Basílica de Guadalupe ya tiene un nuevo párroco designado

A través de las redes sociales de la Basílica de Guadalupe, su párroco, Olidio Panigo anunció quién será su sucesor.

Se trata del Padre Marcelo Blanche quien hasta el momento es Vicario General del Arzobispado de Santa Fe y vicepresidente de Cáritas Santa Fe.

En tanto que Panigo fue asignado a la Cuasi -Parroquia “Santa María junto a la Cruz” de barrio Altos del Valle.

Queridos hermanos y hermanas de la comunidad de Guadalupe, tanto presencial como virtual:
Acaba de hacerse público el nombramiento del P. Marcelo Blanche como nuevo párroco de Guadalupe.
Además, de anunciar a su sucesor, Panigo compartió una extensa carta en la que agradeció a todos y empezó su despedida:
Aunque siga por un tiempo en Guadalupe, ya no soy el párroco. Por eso, quiero escribirles estas líneas de despedida.
Como toda despedida no es linda, vienen a mi corazón muchos rostros cercanos, el recuerdo de rostros de personas que ya no están, recuerdos de hermosos momentos compartidos, situaciones difíciles superadas, errores cometidos, iniciativas llevadas adelante y gracias innumerables…
Agradezco a Dios y a la Virgen por este tiempo de gracia tan enriquecedor.
No pedí venir a Guadalupe y tampoco pedí irme, vine y me voy por obediencia a quienes me lo pidieron.
Llegué confiando en Dios y en la Virgen y me voy confiando en Dios y en la Virgen.
Llegué con temor y temblor. Me voy con el dolor de toda partida, pero también con paz.
Llegué con la experiencia de un peregrino que venía todos los años a Guadalupe, me enriquecí con el testimonio de ustedes y de los peregrinos y me voy para seguir siendo un peregrino que ama a la Virgen de Guadalupe y confía en Ella.
Llegué mirando a Guadalupe como un lugar grande, demasiado grande para mí… Me voy sintiéndola mi casa.
Vine y pude quedarme por un milagro de la Virgen, que alguna vez he contado. Sin su mano de Madre estoy seguro de que no podría haberme quedado en su casa ni haber permanecido casi 23 años.
Pido perdón a todos los que he ofendido o no supe llegar e integrar a la comunidad.
Pido perdón si no he sido un buen ejemplo de vida sacerdotal, si no fui lo suficientemente generoso en mi entrega a Dios y a la comunidad.
Les agradezco por la ayuda brindada, por compartir la fe, por enseñarme a vivir una fe cotidiana, con una gran sencillez y profundidad, por acompañar y proponer iniciativas pensando en el bien de la comunidad y los peregrinos.
Les agradezco por tanto afecto que me han dado, de una manera especial cuando falleció mi papá en el 2005 y con la muerte de mi mamá en estos días.
Sigan adelante como comunidad, estén más unidos que nunca, valoren todo lo bueno que tienen como comunidad y sigan siendo un ejemplo de trabajo, compromiso, participación y amor a la Virgen.
Los tengo y los llevaré siempre en mi corazón.
Pidamos a nuestra tierna Madre de Guadalupe que nos tenga a todos en su corazón.
P. Olidio